18 de Noviembre 2017
Apenas 4h 30´separan de una semana estresante de trabajo con sus horas extras, entrenamientos y estudios de la primera jornada invernal de esta temporada.
Las ganas de sacar crampones y piolet hacen buscar caras nortes donde la poca nieve caída estos días atrás este conservada, esperando a ser pisada por los primeros montañeros ansiosos.
A las 6:00 a.m tengo a Jorge y Ran – su perro – en mi portal para dirigirnos al Refugio de Lizara, allí empezaríamos a caminar.
Por el refugio pasa el Gr11 que cogemos hacia el Norte para abandonar en un desvió y coger la senda que sale hacia la derecha (el otro lleva al collado de Foraton, donde bajaremos) nos iremos introduciendo en el barranco que nos llevara a dos refugios libres el primero Oldecua (1700m) y el segundo el refugio forestal de Bernera (1963m).
Poco mas arriba alcazamos la Plana Mistresa (1.984 mts )impresiona ese llano con su rió cruzando en s y esas paredes de roca rodeándola.
En este punto giramos a la izquierda hacia un empinado barranco donde la senda se hace menos visible y tenemos que guiarnos a través de los números hitos. Empieza la primera subida fuerte y con ello más cantidad de nieve que nos obliga a parar y colocarnos crampones, piolet y casco. En ese punto nos reunimos con una pareja de hermanos que iban hacer la misma actividad, también deciden sacar el material y nos adelantan unos minutos (por detrás vienen otras 3 personas, vamos a estar acompañados)
En una parada de observación oigo el agua correr, pero la nieve oculta el río que allí discurre, me parece un momento placentero pero el aire frió y en la sombría hacia que tuviera que interrumpirlo y ponerme a caminar si no quería quedarme congelada.
Superado el repecho llegamos a una zona aplanada; Bisaurin se asoma y al fondo tenemos el Collado de Secús y Puntal de Secús (2514m).
Sin llegar a ese collado giraremos a la izquierda en busca de la ladera norte del Bisaurín para subir al collado del Baste, para ello tendremos que afrontar la parte más difícil, subir por la canal que para nuestra sorpresa había mas hielo que nieve.
La pareja de hermanos son los primeros en subir, vemos que van muy lentos y que mientras ascienden van lanzando trozos de hielo, decidimos quedarnos un poco atrás para evitar ser alcanzados por algún desprendimiento, el hombre de rojo no hace lo mismo, pero a pesar de estar ahí en primera linea para ser el siguiente decide dejarnos paso, parecía que no estaba muy confiado en subir.
Me pongo por delante de Jorge y empiezo a ascender, ya entiendo el porque de los hermanos, el hielo era el rey de la canal y nos quedaba una zona con una inclinación de 35º. Subir en esas condiciones requiere tener el control de cada paso, de cada movimiento que ejecutas, confiando en ti y en tu material.
Le digo a Jorge que pase por delante, si no controlo al 100% la situación no quiero llevar a nadie detrás, no quiero ser referente de ningún paso dado -aunque dijera que lo estaba haciendo bien- y su carácter es más tranquilo cosa que ayuda en esas situaciones un poco tensas.
Además teníamos a Ran que el pobre lloriqueaba porque tampoco se sentía seguro, resbalándose y haciendo estiramientos de patas para agarrarse como podía y a lo que podía, salvo la situación de maravilla.
Seguimos subiendo y la cosa parece que mejora , alternamos pasos de nieve con hielo y la pendiente no es tan exagerada ¡Uff!
Una vez en el collado aprovechando unas grandes rocas paramos a comer, pensamos que en la cima soplara el aire que pasos atrás hemos sentido y no podremos estar mucho tiempo.
Unos pocos metros positivos nos llevan a la antecima, la cima ya se ve.
Arista cimera
y ¡ cima !
Nuestra predicción de viento no se cumple ¡Vamos a poder contemplar un buen rato el Pirineo! y yo hacer la lagartija. El día es despejado tanto que se aprecia la figura del Moncayo (2314m).
El descenso sería por la cara Sur, la más fácil y transitada hacia el collado de Foratón, toda la pala tiene nieve pero esta algo blanda – normal a esas horas y con el día de calor que hacia- así que de vez en cuando nuestras pisadas nos hacían hundirnos.
En el collado nos quitamos los crampones y ya solo queda seguir las marcas rojas y blancas del GR11 que nos llevara de nuevo al punto de partida.
Unas 8 horas con sus paradas ( dos de ellas algo largas ) nos ha costado la actividad, abajo celebramos que todo ha salido bien con una jarra de cerveza y hablamos de esa canal helada que nos ha servido para seguir aprendiendo a manejarnos en la montaña, en ella hay que ser flexibles y polivalentes y esto nos valdrá para futuras ascensiones.
Más fotos detallando el recorrido y las cimas visibles en Facebook ( picar en el icono azul)